Os animo a probar un guacamole con un toque de sabor especiado que os sorprenderá. Y es tan fácil y rápido de preparar…
Tiempo de preparación: 10 minutos
Ingredientes:
- 1 aguacate grande o dos pequeños
- Zumo de un limón pequeño
- Sal
- 1 tomate cherry o un trocito del tamaño de una nuez de tomate
- 1 cayena o chile, según gusto sobre lo picante que se quiera (yo he utilizado 1 cayena pequeña)
- Un trocito de pimiento rojo asado (yo he puesto un trozo de unos 3 cm de una tira de pimiento rojo asado) o pimiento deshidratado
- Pimentón dulce o agridulce (yo he utilizado agridulce)
- Orégano
- Comino
- Ajo en polvo
- Cebolla en polvo
- Pimienta negra
- Cilantro (opcional)
- Jengibre
- Cúrcuma
Preparación:
- Se puede preparar a mano o con batidora, según el punto de madurez del aguacate o la textura deseada.
- Hacer un corte en la mitad del aguacate hasta tocar el hueso y rodearlo con el cuchillo hasta separar las dos mitades. Sacar el hueso y separar la piel con la ayuda de una cuchara. Reservar el hueso.
- Rociar la carne con el limón (esto retardará la oxidación) y machacar bien con un tenedor.
- Cortar el tomate en trocitos muy pequeños y añadirlos al aguacate. Añadir la sal, la cayena machacada y el resto de las especias. Remover muy bien para integrar todos los ingredientes.
- Colocar el guacamole en un recipiente, al que añadiremos el hueso reservado (al igual que el limón, tiene el efecto de retrasar la oxidación.
Con una pizca de cada una de las especias es suficiente para obtener un guacamole con un gran sabor y un toque picante adecuado, pero dependiendo del gusto personal se pueden variar las cantidades y hacer predominar alguna.
Si se desea acompañar con nachos, aseguraos de que no lleven aceite de palma en los ingredientes. Los nachos de Santiveri (que se pueden conseguir en Alcampo o en herbolarios, por ejemplo) y los de la marca Carrefour, llevan aceite de girasol. Aunque lo mejor es hacerlos caseros; queda pendiente para otra receta.