La celulitis se manifiesta bajo la conocida forma de piel de naranja localizada, cuyo origen es un sobrealmacenamiento de grasas en el tejido adiposo. Los adipocitos se reagrupan en gruesos nódulos, que comprimen los vasos sanguíneos y linfáticos, produciendo la acumulación de toxinas. Los canales conjuntivos se vuelven rígidos y ralentizan los intercambios celulares favoreciendo la retención de líquidos. El aumento de volumen de los adipocitos, perpendicular a la superficie cutánea, da a la piel su aspecto alcolchado.