La quinoa (o quinua) está de moda y no será un capricho pasajero. Fue el alimento de los Incas y ahora es el producto al que se han rendido nutricionistas, chefs y los paladares más esnobs. Pero sobre todo cuenta con el aval de Naciones Unidas que confía en que este alimento se convierta en la base de una dieta que ponga fin a las crisis alimentarias. Bolivia, el mayor exportador en el mundo, ha triplicado su producción en los últimos años. Y su cultivo ha empezado a extenderse en países tan dispares como Dinamarca, India, Estados Unidos e incluso España. En nuestro país ya se cultiva en Andalucía, Extremadura y Castilla y León, y se prevé un aumento de la superficie de cultivo para atender al mercado nacional e internacional, según las asociaciones de agricultores.
¿Por qué esta fiebre por la quinoa? El secreto de su éxito está en sus propiedades nutricionales que la convierten en un auténtico «superalimento». La calidad de sus proteínas es excelente, algunas de las variedades concentran hasta un 23 por ciento, más que el trigo o el maíz. Además, es uno de los pocos alimentos vegetales que contiene los nueve aminoácidos esenciales, es rica en minerales y fibra y, sobre todo, está libre de gluten. Con la «glutenfobia» que recorre el mundo occidental, este pseudocereal de la familia de las espinacas y la remolacha, se ha convertido en el sustituto ideal del trigo, apto para los que huyen del gluten por principio y para los que no tienen otro remedio, como los celíacos. Además posee un índice glicémico bajo, por lo que se considera apto para diabéticos.
«Superalimento»
«Es un auténtico «superalimento». Es difícil encontrar productos que reúnan tantas y tan buenas propiedades. Lo más parecido que tenemos en España es la lenteja roja, pero es menos completa. En los supermercados existen espaguettis de quinoa y arroz que con una salsa de tomate se pueden convertir en un menú perfecto para niños», recomienda Teresa Lajo, endocrina y nutricionista del Hospital Moncloa de Madrid.
En su consulta, Lajo la recomienda a sus pacientes. A los que tienen cáncer «porque necesitan una dieta sana y nutritiva que no les haga perder peso» y a los que tienen una enfermedad de base inflamatoria como la artritis o la artrosis. La quinoa también es una buena opción para deportistas por sus hidratos de carbono, «este aporte hay que tenerlo en cuenta y es mejor no tomarla en la cena si buscamos perder peso», explica la nutricionista, autora del blog www.drateresalajo.es. Y para los vegetarianos que no consumen proteínas animales, aporta proteínas de alto valor biológico.
Versatilidad en la cocina
En algunos restaurantes se ofrece como una exquisitez y es que una ventaja añadida de este cultivo prodigioso es su versatilidad. Se utiliza en granos o triturada como si fuera harina. En grano, se pueden hacer desde ensaladas a hamburguesas vegetarianas y es una guarnición perfecta de carnes y pescados. En forma de harina es posible hacer panes, bizcochos, galletas… como si fuera la harina de trigo o de maíz, pero más nutritiva. «A mis pacientes les animo a comprarla y a que después busquen en internet recetas para inspirarse».
Ahora es más fácil y ya no hay que acudir a los herbolarios ni a las tiendas de comercio justo. Las grandes superficies y muchos supermercados han incorporado este alimento que hasta hace pocos años era patrimonio de la población indígena de Perú y Bolivia. La quinoa ya es global.